Hace unos días estuvimos comiendo en el restaurante Emociones en Boca en Logroño, La Rioja. Logroño tiene muchos buenos restaurantes donde comer, pero decidimos probar Emociones en Boca pues veníamos recomendamos. Los familiares que nos lo recomendaron nos hablaron del bonito local, el buen trato y la excelente comida, y no podemos estar más de acuerdo con su opinión.
Este artículo pretende resumir nuestra experiencia en el restaurante, además de dar algunos datos más objetivos sobre el mismo para que el lector pueda sacar sus propias conclusiones y decidir si le merece la pena visitarlo. Como nos gusta comentar, los próximos párrafos están escritos en base a una única visita, por lo que no pretendemos escribir la opinión/reseña definitivas sobre el sitio. Aun así, esperamos que este artículo os sea de interés.
Restaurante Emociones en Boca en Logroño
Ubicación del restaurante
El restaurante Emociones en Boca se ubica en el centro de Logroño, muy cerca de la famosa Calle Laurel que muchos amantes de la gastronomía conocerán por ser siempre un acierto a la hora de salir a tapear. En concreto, el restaurante se ubica en la Calle Benemérito Cuerpo de la Guardia Civil, 9, a unos 200 metros de la Muralla del Revellín, a unos 250 metros de la Calle Laurel y a medio kilómetro de la Concatedral de la Santa María de la Redonda.
Aparcamiento cerca del local
Muy cerca del restaurante encontraremos varios parkings en los que aparcar:
- El Aparcamiento del Revellín es un aparcamiento gratuito ubicado a unos 200 metros del restaurante. El problema es que dependiendo de la hora y del día puede ser complicado aparcar aquí, pues suele estar lleno.
- El Aparcamiento Comandancia (Murrieta), ubicado a unos 100 metros del restaurante, es un aparcamiento de pago. Nunca lo hemos utilizado pero puede ser una buena opción si queremos aparcar cerca.
- El Parking PARKIA – Gran Vía Centro es otro de los aparcamientos de pago de la ciudad, ubicado también a escasos metros del restaurante. Este aparcamiento de pago es cubierto. Tampoco lo hemos utilizado nunca.
Por supuesto, si encontramos sitio en las calles aledañas podremos aparcar (¡aunque cuidado con posibles aparcamientos para residentes o similares!). Hay ciertas calles en las que tendremos que pagar por aparcar y otras gratuitas.
El local
El local es pequeño pero muy acogedor. Las mesas se encuentran en un comedor principal no muy grande pero con mucho espacio entre mesas, lo cual nos encantó, pues no son pocos los restaurantes que dejan muy poco espacio entre comensales, creando situaciones incómodas. No es el caso. Además, el estilo del restaurante es moderno y de nuestro gusto.
Menú y precio
Se nos ofrecieron dos menús diferentes en el restaurante Emociones en Boca (aunque también tienen carta, como veremos a continuación). Los dos menús son los siguientes:
Llamado así en su propia web, «Nuestro Menú» es el menú «normal» e incluye un primero, un segundo y un postre casero a elegir entre una larga lista entre la que encontraremos primeros como un salmorejo casero, tagliatelle fresco o caparrones de Anguiano y segundos como bacalao confitado o entrecot de ternera.
A todo ello añadiremos el pan, agua mineral y vino tinto rioja de año (1/3 botella). Si prefiriésemos tomar vino tinto crianza en vez de vino de año, el precio sería 2 euros más caro.
El precio de «Nuestro Menú» es de 22,90€ por persona o de 24,90€ por persona si prefiriésemos comer con vino crianza. Importante remarcar que algunos platos tienen un suplemento a sumar al precio del menú. Un ejemplo es el pulpo a la brasa, que conlleva un suplemento de 5€.
Por otro lado, tenemos el Menú Degustación. Si elegimos este menú, comeremos, de entrada, un aperitivo de bienvenida (degustación de aceites riojanos con pan artesano y sal de vino casera, buenísimo), 4 platos para compartir y, por último, un segundo plato igual que el del «Nuestro Menú» que hemos comentado en los párrafos anteriores.
El postre, el agua y el vino crianza (1/3 botella) están incluidos, pero se nos cargará un suplemento si elegimos alguno de los platos señalados en la carta, al igual que con el otro menú. Este es el menú que seleccionamos durante nuestra visita.
Por último, tenemos la carta y la carta de vinos, las cuales ni miramos, pues ya íbamos convencidos de comer el Menú Degustación (¡y os adelantamos que acabamos muy satisfechos!).
Punto importante: Si es la primera vez que coméis en Emociones en Boca, si reserváis por la web y os registráis, tendréis un 10% de descuento en vuestra reserva. ¡Que no se os olvide!
Nuestra experiencia
Finalmente, pasemos a contar nuestra experiencia.
Visitamos el lugar un jueves al mediodía y tuvimos que llamar para reservar, pues sabíamos que estaría lleno. Al llegar, todas las mesas estaban ocupadas pero aunque la sala principal no es muy grande, había sitio de sobra, lo cual agradecidos mucho. Punto muy positivo, sin duda.
El trato fue, desde el principio, muy bueno. El chico que atendía las mesas fue muy amable y rápido a la hora de contestar nuestras preguntas o de traer pan. Además, tanto el mantel como las servilletas eran de tela, lo cual siempre es un plus.
Pedimos el menú degustación y como segundos elegimos bacalao confitado sobre cama de pisto con Pil-Pil, chuletillas de cordero a la brasa y, por último, secreto ibérico con salta Teriyaki, piña y pimientos caramelizados.
Empezando por el aperitivo y los entrantes para compartir, todos los platos nos gustaron mucho. Las tomatas de Calahorra estaban riquísimas, y aunque el plato era simple, el sabor era espectacular. ¡Lo que tiene usar buena materia prima! El aperitivo de bienvenida y el carpaccio de ternera estaban también muy buenos.
En cuanto a los segundos y aunque llegamos bastante llenos después de los platos para compartir, los tres estaban sabrosos y la presentación fue muy buena, especialmente para un restaurante con menús a este precio (que ya adelantamos que no nos pareció caro en absoluto). Podéis ver las presentaciones en algunas de las fotos que hemos publicado en esta entrada.
Finalmente, el postre. Elegimos tarta de queso, arroz con leche y torrija. Todos muy buenos, aunque admitimos que ya no podíamos más en ese momento y no los disfrutamos todo lo posible… El precio final fue el que aparece en el menú más el suplemento de uno de los postres, por lo que otro punto a favor.
En definitiva, las dos horas que pasamos comiendo en Emociones en Boca, en Logroño, no pudieron ser mejor. Desde el local, la mesa (con su mantel y servilletas de tela) y el camarero hasta la propia comida, todo superó nuestras expectativas, las cuales ya eran altas, os lo aseguramos. Por lo tanto, no podemos cerrar esta entrada sin recomendaros comer en Emociones en Boca, en Logroño.