Nada más llegar a Japón, nos preparamos para visitar Nikko al día siguiente. Nikko es una pequeña ciudad ubicada en la Prefectura Tochigi, a unos 120 kilómetros al norte del centro de Tokio. Es especialmente famoso por el santuario sintoísta Toshogu, construido a principios del siglo XVII, pero tiene mucho más que ofrecer.
Es por ello que hoy dedicamos esta entrada a qué ver en Nikko en 1 día, pues ese suele ser el tiempo que pasan los turistas en la ciudad. Veremos todos los santuarios y lugares que visitamos nosotros durante las horas que pasamos en Nikko, además de daros algunos consejos para mejorar vuestra experiencia en la ciudad.
Toda la información que veréis a continuación se basa en nuestra experiencia en la ciudad, la cual visitamos en abril de 2024, o en la información que recopilamos durante la preparación de nuestro viaje.
Qué ver en Nikko en 1 día
Antes de pasar a ver los lugares que recomendamos ver en Nikko, os dejamos aquí debajo un mapa que hemos creado para que os sea más fácil preparar vuestra visita. En el mapa hemos incluido no solo qué ver en Nikko sino otra información de interés como dónde comer en la ciudad o dónde se encuentran lugares importantes como la estación del tren o del autobús.
Podéis navegar por el mapa utilizando el menú de la parte izquierda, en el que podéis filtrar la información. También podéis abrir el mapa en pantalla completa.
Una vez visto el mapa, pasemos a ver los lugares que recomendamos ver en Nikko.
Santuario Toshogu, imprescindible en Nikko
Comenzamos la lista con el Toshogu, un santuario sintoista del siglo XVII y uno de los más famosos de Nikko. Se trata de uno de los templos más ornamentados de Nikko, pues buena parte de sus edificios están muy detallados.
También será aquí donde os encontréis con los tres monos más famosos de internet, ¡pues varios de los emoticonos más utilizados de aplicaciones como WhatsApp se basa en ellos! Echad un vistazo a esta imagen, ¿os suenan?
El templo tiene dos partes bien diferenciadas. La primera es la parte por la que accedemos al mismo, en la que encontraremos varios edificios, alguno visitable. Siguiendo el trayecto previsto, llegaremos a las lindes del bosque, momento en el que tendremos que subir unas escaleras hasta dar con los edificios restantes en los alto de las escaleras.
La entrada al templo cuesta 1.600 yenes (unos 10 euros) por persona para los adultos, mientras que la entrada al templo y al museo del tesoro (treasure hall) cuesta 2.400 yenes por persona, unos 15 euros al cambio. Tienen descuentos para menores estudiantes. Se trata de uno de los templos más caros que visitamos en Japón. El museo abre de 9 a 17 del 1 de abril al 31 de octubre, cerrando una hora antes del 1 de noviembre al 31 de marzo.
Pagoda Gojū-no-tō
La pagoda Gojū-no-tō de cinco pisos se encuentra justo en la entrada del templo Toshogu, en la parte izquierda según nos dirigimos hacia la entrada del templo. Si vais a visitar el Templo Toshogu, tomaos un tiempo para ver de cerca la pagoda, que aunque veréis varias parecidas a lo largo de Japón, nos pareció preciosa.
Santuario Futasaran
El Santuario Futarasan se encuentra justo al lado del templo Toshogu, tanto que podremos ir de uno a otro por un pequeño caminito que une ambos mediante la puerta Romon.
El Santuario Futarasan fue fundado en 767, aunque tuvo que ser reconstruido durante la construcción del Toshogu. Se compone de una serie de edificios y pequeños santuarios, algunos de ellos ubicados en el monte cercano, por donde podremos pasear brevemente. Tanto el paseo por la colina cercana como los edificios más grandes que se encuentran cerca de la entrada nos gustaron mucho.
La entrada es mucho más barata que la del Toshogu, costando 300 yenes por persona (unos 2 euros) para los adultos. Podréis disfrutar del complejo de 8:30 a 17:00 de abril a octubre y entre las 9 y las 16 de noviembre a marzo.
Curiosamente, el puente Shinkyō que veremos más tarde pertenece al Santuario Futarasan.
Este es uno de los santuarios que más nos gustaron, un imprescindible que ver en Nikko.
Templo Ryuko-in
El Templo Ryuko-in es otro de los imprescindibles que ver en Nikko. Ubicado cerca del Santuario Futarasan, este templo sigue, de alguna forma, la misma forma que el Toshogu, con una zona de edificios cerca de la entrada y otra tras subir una serie de escaleras hasta lo alto de una colina.
Aunque es el más alejado de los templos que se encuentran en esta parte de Nikko (como el Toshogu, el Rinnoji o el Santuario Futarasan) merece mucho la pena venir hasta el y disfrutar de sus edificios y alrededores.
Templo Rinnoji
El Templo Rinnoji es otro de los lugares de culto de Nikko. Fundado en el año 766, este templo se erige imponente poco antes de llegar al Toshogu, en una explanada con varios edificios de interés. Los edificios que vemos hoy en día no fueron construidos en el 766 sino que fueron construyéndose con el tiempo, según el templo pasaba de ser un modesto lugar de culto a lo que es hoy en día.
Encontraréis el Rinnoji Hondo en una especie de pedestal enorme con sus preciosos colores rojizos y tonos más oscuros rodeado de una serie de edificios también pertenecientes al templo.
El precio para adultos es de 400 yenes por persona (unos 2,50 euros) mientras que los estudiantes de primaria y secundaria podrán acceder por 200 yenes. El templo abre de 8:00 a 17:00 de abril a octubre, cerrando una hora antes el resto del año.
Kanmangafuchi y los parques adyacentes
Algo alejado de los templos que hemos visto el los párrafos anteriores, encontramos Kanmangafuchi, una especie de barranco formado por la erupción del monte Nantai hace alrededor de 7.000 años. Este paseo se encuentra escoltado por estatuas de Jizo, deidad budista que protege a niños, niñas, mujeres y viajeros. Las estatuas están bien preparadas para el invierno con sus gorros y bufandas rojas, siempre limpias.
Además, este barranco se encuentra en una parte poco poblada de la zona y junto al río Daiya, por lo que es el lugar ideal en el que disfrutar de la naturaleza. De hecho, cuando los cerezos están en flor (Sakura), podréis disfrutar de su maravilloso color rosado, incluso cuando sea tarde para ver cerezos en flor en Tokio y otras zonas al sur de Nikko (como fue nuestro caso).
Si tenéis un rato extra antes de volver a Tokio, no os perdáis Kanmangafuchi y las zonas verdes adyacentes. Imprescindibles que ver en Nikko.
Puente Shinkyō
El Puente Shinkyō es uno de los lugares más famosos que ver en Nikko. Y es que se encuentra en el punto en el que se juntan la ciudad de Nikko con la zona de los templos y santuarios, que se encuentran en la zona más alta, cercana a los bosques colindantes.
Aunque ha sido reconstruido varias veces, el Puente Shinkyō sigue teniendo el mismo diseño desde 1636, lo que sumado a su precioso colorido y a sus alrededores, lo convierten en un imperdible de Nikko. Como hemos comentado, pertenece al Santuario Futarasan.
La entrada para acceder al puente cuesta 500 yenes (3 euros) por persona, aunque realmente no hace falta pagarla para disfrutar del puente, que se ve a la perfección desde el puente convencional que pasa paralelo al mismo.
Forma más fácil de visitar Nikko
La forma más fácil de visitar todos los lugares mencionados más arriba es tomando el autobús desde la estación de tren de Tobu-Nikko. En concreto, el autobús que para en la parada 2B justo enfrente de la estación de tren (veréis que pone The World Heritage Sightseeing Bus) os acercará hasta la zona de los templos, ubicada a un par de kilómetros de este punto.
El precio de este autobús parte de 200 yenes para adultos y 100 yenes para niños y depende de dónde os bajéis. Podréis pagar en efectivo, con un pase de autobús comprado previamente (podéis comprar un pase de día por 500 yenes por persona que puede salir rentable si pensáis tomar el autobús a la ida y a la vuelta) o con vuestra tarjeta IC (tarjeta transporte monedero).
Si utilizáis la tarjeta IC, tenéis que pasar la tarjeta por el lector al subir (por la parte de atrás) y también al bajar, para que el sistema calcule lo que tenéis que pagar. Si utilizáis efectivo, que no se os olvide cambiar dinero en la máquina que encontraréis junto al conductor.
Para más información, podéis visitar la web de la estación de Nikko (en inglés).
¿Merece la pena visitar Nikko?
Aunque se tardan un par de horas en llegar a Nikko desde Tokio, merece mucho la pena la visita. En poco tiempo podréis disfrutar de muchos lugares de gran interés histórico y cultural. Además, el entorno en el que se encuentra la ciudad y, en especial, los templos y santuarios que hemos recomendado ver en Nikko, es impresionante, entre montañas y el río Daiya.
A menos que no dispongáis de muchos días en Tokio o al norte de la capital, visitar Nikko nos parece un muy buen plan para una excursión de día. De hecho, también podéis quedaros a dormir en uno de los ryokanes de la ciudad, lo que os permitirá disfrutar de ella sin apenas turistas.
¿Cuánto tiempo dedicar a Nikko?
Nosotros recomendamos dedicar entre medio día (largo) y un día a Nikko. En nuestro caso, estuvimos alrededor de 5 horas en la ciudad y nos dio tiempo a ver lo imprescindible que ver en Nikko. De todas formas, nos quedaron cosas sin ver, por lo que seguro que tenéis más que suficiente para disfrutar de un día bien completo.
Además, esta zona montañosa está repleta de rutas interesantes que os mostrarán una imagen totalmente diferente de Japón, por lo que si disfrutáis con el trekking, echadle un vistazo.